Reconoce que estos últimos meses te has emborrachado en casa: de series, de libros, de cocina, de orden, de wifi… y de vino. Confinados -convinados- sin poder salir hemos descubierto que no éramos -solamente- bebedores sociales. Madrid nos ha seducido desde otro punto de vista. Y los bares no ponían música pero tenían barra: no te quedabas pero te llevabas bebida y comida… Los supermercados nos han ofrecido botellas llenas de evasión, de alternativa, de alegría y de brindis. No hemos podido salir a los bares de Madrid, pero hemos podido soñar con ellos. El supermercado ha sido la vinoteca. Ya en la «Nueva Normalidad», rememoramos los 5 vinos que más nos han alegrado en casa, recordándonos grandes momentos de Madrid:
1.Los domingos en El Rastro que no íbamos apenas, pero basta que no se pueda para que tengas más ganas. Tesoros, gente, antigüedades, moderneces muy demodés, gente, mucha mierda y de repente joyas, más gente, turistas desorientados y un plan que siempre es para recordar. Oroya es japo, en su nombre porque se hace en alguna bodega de Castilla León, ligero y “orientado a lo oriental”, pues es para comer con sushi, y con todo aperitivo que tenga buen sabor. Sabor punzante y amigable. Rico, rico, rico.
Oroya Blanco (Oroya Wine) – VT de Castilla – Precio aproximado: 4€
2. Un paseo por el Retiro, para correr, para pasear al perro, para pasear a los abuelos, para pasear la mente. Para recordar a Mingote, para inspirar, expirar y respirar, para crear y para pensar, y para ser más madrileño. Este vino es una obra de arte del producto para el pueblo: el VW Beetle o el 600 de los vinos; diseñado para el pueblo, accesible, rico, fácil y útil, y que funcione, guste, llene y genere una demanda que no había. Un gran vino de España a precio imbatible.
Verdejo (Marqués de Riscal) – DO Rueda – Precio aproximado: 6€
3. Las terrazas de La Latina, pero de día, o de esas noches que duran todo el día. Que empiezas con unos, acabas con otros y entre medias te has hecho más amigos que el primer día de clase. Esos días que no ibas a salir y tu amigo te insistió y estás en deuda con él para toda la vida por el descubrimiento que te ha hecho. Porque este vino no está en botella y eso cuesta aceptarlo: bienvenido al maravilloso mundo del “bag-in-box”, la bolsa en la caja, y dentro dentro dentro, cinco litros de un vino que sorprende, porque refresca y da una alegría totalmente latina. Es un mundo nuevo.
Siete Puntas (Corcovo) – Vino de mesa – precio aproximado: 5€ (5l.)
4. Coger el metro abarrotado, correr para llegar, ir por los pasillos esquivando gente o bajar tranquilamente por las escaleras mecánicas observando el carrusel de ánimas que regala el día a día. Inventar historias ajenas o propias… hasta James Blunt se enamoró en el metro de Madrid. You’re beautiful y este vino también. Es rosado, es distinto y por eso te fijas, pero es que además es de un experto elaborador que hacer grandes vinos a los mejores precios. René Barbier es para ponerle un piso a la salida del metro. Sabor, chispa, alegría y muchos aromas ricos.
Tradición Rosado (René Barbier) – DO Catalunya – precio aprox: 3,5 €
5. Los partidos de fútbol no han parado el tráfico, los estadios no han rugido pero su silencio ha sido igual de imponente. Por los equipos que volverán a jugar, por los aficionados que llenarán las calles y por los partidos que volveremos a ver en la tele y que darán mucho que hablar. Monólogo también habla, ruge y calla. Clásico, derby y de champions. Gusta a los iniciados y a los principiantes. Si fuera un fichaje vendería muchas camisetas. Quizá la mejor relación calidad precio de Rioja que ha habido en lineales.
Crianza (Monólogo Vino) – DOCa. Rioja – Precio aproximado: 4 €
La alegría es su precio y su accesibilidad. Son joyas que tenemos al alcance y que a veces no sabemos ver. Para todos los gustos y colores, porque otra de las actividades de esta clausura ha sido variar, cambiar, acostumbrarnos a otras experiencias o recuperar sabores en la memoria. Siempre con moderación, pero ahora más que nunca, degustamos mejor los vinos. Esos sorbos y tragos nos saben a gloria porque están llenos de buenos recuerdos y mejores deseos.
Ellos también entran en la «Nueva Normalidad». Porque nos alegraron los días y lo seguirán haciendo.