Madrid Musical

Más allá del cliché de «La Movida» madrileña, Madrid siempre ha sido una ciudad muy musical. Desde la zarzuela, hasta los sonidos underground y el mestizaje más variopinto e imaginable.

Madrid suena. Y suena muy bien. La ciudad ha sido un hervidero musical, especialmente desde la época de la transición democrática. Madrid como altavoz musical de todo lo que se cocía en sus distintos barrios. Como reflejo de lo que gestaba la juventud, de los cambios, de las modas, de los sonidos más dispares. Hasta podríamos asociar algún género musical a alguno de sus barrios.

Recuerdo el disco ‘La Mandrágora’, grabado en directo con las actuaciones de unos primerizos Javier Krahe, Joaquín Sabina y Alberto Pérez, en aquel mítico café de Cava Baja propiedad de Enrique Cavestany, donde Sabina cantaba “Pongamos que hablo de Madrid”, presentándola como una ciudad invivible pero insustituible.

Lugares que servían de reducto cultural, y de plataforma, para dar a conocer nuevas aventuras musicales. Lugares con solera como el ya extinto Jazz Club de San Vicente Ferrer con calle San Andrés; el Maravillas (que ahora recupera su nombre, antes Nasti) que fue la sala dónde surgió el FIB y que apoyó la primera hornada del indie nacional allá por los 90 y testigo del britpop y otros sonidos; la sala Siroco; los conciertazos de Revólver Club de calle Galileo (ahí tocaron Pearl Jam, Rage Against The Machine, Elastica, Suede…).

Teñimos nuestra adolescencia de sonidos como el ‘grunge’, ‘el power pop’, el ‘punk rock’ o el ‘ska’ en garitos como San Mateo Seis, Ágapo, Son Como Niños, La Vaca Austera, La Vía Láctea o el Tupper Ware de la zona Malasaña-Tribunal. Algunos siguen vivos y coleando, y dando guerra, otros o se cerraron o han perdido fuelle.

Lo que sí es cierto es que Madrid respira música por todos sus pulmones, incluso el parque de El Retiro, el gran ‘pulmón’ verde de la ciudad, acoge muchas actuaciones artísticas, varias de ellas musicales. Y todo eso a pesar de las leyes municipales que han regulado y exigido la tenencia de un permiso para que los músicos puedan tocar en la calle.

Cada día el «Madrid musical» tiene una agenda de conciertos vibrante. Porque Madrid suena, porque la música no puede parar. Y son muchos los espacios donde eso ocurre. Actualmente, son muchos los cafés, vinotecas, hoteles o bares que ofrecen actuaciones acústicas. Hasta las librerías…uno de los mejores conciertos que recuerdo fue el de la banda canadiense Barzin en la librería La Buena Vida allá por 2009.

Aquí va una ruta de las salas musicales del centro que programan conciertos y algunas también con sesiones djs de nivel. No pretende ser una guía exhaustiva pero sí buscar los rincones musicales más seductores y con más solera de la ciudad.

JAZZ

Clamores: Una sala clásica que programa jazz y flamenco. Géneros pilares, junto al blues y al folk-americano, aunque también programa otros géneros. Germán, su dueño, cuida que sea un sitio que arropa las primeras visitas de músicos de relieve, este año por ejemplo actuó Gregory Porter y es habitual ver a grandes como Jerry González, Diego Carrasco, entre otros.

Café Central: Junto al Populart y al Clamores forma parte del trío de ases histórico de salas de jazz. Por allí pasan todo tipo de combos de jazz o cantautores con pedigrí como Javier Krahe con su formación de lujo. Se comenta que el año que viene podría cerrar sus puertas y, si eso llega a ocurrir, sería perder parte de la historia musical de Madrid. 

Café Populart: Un lugar con sabor añejo y mucho encanto. Cuando un café ha hecho historia (y eso se demuestra con su programación), sobran las palabras. Es un local pequeño, como el Central, pero con solera. Larga vida a los pequeños cafés donde importa la música.

Aparte de este trío de ases, podemos mencionar a El Junco y al Bogui Jazz, salas más recientes pero que desbordan buen gusto y excelente programación.

INDIE

El Sol: Es de las salas que mejor programación ofrece. Ha cumplido treinta y cinco años y sigue al pie del cañón. Tiene encanto y solera. Un imprescindible de la música en directo de Madrid.

Fotomatón Bar: Arrancó allá por 2005 como club. Al poco, empezó a programar conciertos en donde se podía ver a los nuevos talentos del ‘indie’ patrio. Siempre ha sido un lugar para sentirse como en casa, disfrutar de la música y descubrir nuevas bandas. Otro imprescindible para entender la evolución ‘indie’ de nuestra ciudad y del resto de nuestra geografía.

Costello Club: «The Cavern» madrileño podría llamarse. Cuenta con excelente acústica y dos técnicos de sonidos de nivelón. Programa Josechu, batería de bandas nacionales de renombre, así que siempre hay buenas cosas que degustar. Los hermanos Marín (Paco y Dani) curtidos en el mundo discográfico arrancaron este proyecto en 2006, guiño a Elvis Costello, con el ánimo de potenciar la música en directo.

Joy Eslava: Antiguo y clásico teatro Eslava, hoy día es una discoteca con bastante tirón entre el público joven y conocido por sus fiestas Erasmus. Es una sala de medio aforo (500 personas) con notable acústica. Algo incómoda cuando está a rebosar. Tocan grupos de referencia (nacionales e internacionales) y es un sitio estimulante para verles.

Otras salas de referencia son El perro de la parte de atrás del cochecasa de los ciclos de la promotora Giradiscos (entre otras propuestas); el Wurlitzer Ballroom, más enfocada al rock; Charada, que programa electrónica y conciertos de diverso cuño; La Boite, considerada más club, empezó a programar conciertos hace unos cinco años. Tiene un aforo similar a la Sala El Sol, pero sin su encanto con un sonido menos convincente; Independance, club frente a los Cines Ideal de la calle Doctor Cortezo, centrada en el ‘indie’ y que cuenta con una legión de público veinteañero.

MÚSICA NEGRA

Tempo Club: Un club y sala pequeña muy seductora con una programación ceñida a la música negra (groove, funk, soul, jazz, afro, latin en sus diversas variantes). Roberto, su dueño, programa con criterio y buen gusto.

El Intruso: Ubicado en la zona de Chueca, cuenta con casi tres años de existencia. Un local con buena acústica enfocado en música negra pero con hueco para otros géneros como el blues, el rock, la música eslava o el pop alternativo.

Marula Café: Club de referencia pero algo impracticable en viernes y sábado por sus dimensiones limitadas. Ofrece una buena programación de djs y algún que otro concierto. Siempre centrado en música negra o géneros aledaños.

MÚSICA VARIADA

El Juglar: Sala de Lavapiés con un aforo pequeño (100 personas). Con una programación ecléctica, en la que resaltan los sonidos del mundo. Tiene su encanto y cuenta con buenas sesiones dj.

Galileo Galilei: Un antiguo cine reconvertido que suena que da gusto. Programa de lo más diverso y por allí ha pasado lo más granado e interesante del panorama internacional y nacional, artistas y formaciones de géneros diversos. Es un lugar ideal para disfrutar del sonido.

Teatro Lara y Teatro del Arte: Los ciclos Son EG han conseguido que estos dos teatros sean habituales a la hora de programar songwriters, formaciones de música americana y otras bandas con mayor rotundidad de sonido. Especialmente el Lara acoge una buena cantidad de conciertos de todo tipo, siempre con criterio. Por su arte, el Teatro del Arte es un lugar mágico para ver grupos en un formato íntimo y cercano.

MÚSICA CLÁSICA

Auditorio Nacional: Suena divino y es el templo por excelencia de la música clásica. Su sala sinfónica es majestuosa, al igual que la sala de cámara. Con una programación de lujo.

Teatro Monumental: Teatro residente de la orquesta y coro de radiotelevisión española. Es un teatro clásico donde disfrutar de excelentes programas, a precios generalmente populares.

Teatro de la Zarzuela: Es la casa de la zarzuela como género y también de la música lírica en otras vertientes.

Fundación Juan March: La fundación privada cuenta con un auditorio que programa excelentes ciclos de música de cámara (solistas, dúos, tríos, cuartetos principalmente). Centrada en una visión clásica e histórica, pero con inclusión de algunos compositores menos conocidos.

Museo Reina Sofía: El Auditorio 400 del Museo sirve como escenario para las nuevas músicas y la música clásica contemporánea. Para estar al tanto de las nuevas tendencias y de lo más experimental en música clásica.

Moviéndonos un poco del centro de Madrid, hay tres salas privadas muy centradas en otras propuestas:

La Faena II (Suanzes): Programa a las bandas más interesantes y underground de la escena nacional y también recalan algunas internacionales. Grupos que serán el futuro pero que ya son el presente. Un sitio familiar con una acústica espectacular y unos precios populares.

Gruta 77 (Carabanchel): Enfocada en los géneros más guitarreros (rock, punk, ska, hardcore, etc.) es otra de las salas de referencia del rock. Cuenta con una potente programación y un sonido de órdago.

Moby Dick (Santiago Bernabeu): Para quien escribe, es la sala con mejor acústica de Madrid. Por ella han pasado las mejores bandas nacionales e internacionales. Cuenta con un aforo medio de 300-400 personas. Y sus conciertos suelen ser impresionantes.

Texto: Andrés Castaño (@AndresCastanoF)

Fotos: Alejandro Del Estal

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