El gigante azul te gobierna, alegre y caprichoso. Madrid, sin puerto ni orilla, te abres hacia un inmenso oleaje de algodón. Y es que tu mar está arriba, a veces calmo, raso, como un espejo, otras impetuoso, revuelto, teñido de de atardeceres, de melancolía.
Custodiada por innumerables farolas de luces color zanahoria, por personajes, héroes y reyes que se proyectan en todo y en todos, te dejas recorrer como ríos por tus venas. Seduces almas y coronas el sueño de quienes te habitan y se lanzan a tu mar de esperanzas, recuerdos y anhelos. Madrid, eres tu mar y tu mar; tu cielo.
Texto y Fotos: Alejandra Maldonado