10 historias de amor en Madrid para leer en San Valentín

10 historias de amor madrid San Valentín

Las calles de Madrid son el escenario idílico de besos furtivos, amores prohibidos y pasiones capaces de enorgullecer al mismísimo San Valentín. Esta ciudad construida para que los amantes la recorran cogidos de la mano teje historias de amor cada día. Todos hemos tenido nuestro propio relato romántico con Madrid de fondo, pero hay algunos amores que han traspasado las fronteras del tiempo para recordarnos que cuando el corazón toma el control de nuestras vidas poco se puede hacer para frenar el poder del destino. Te recomendamos perderte en estas historias en compañía de tu amado/a o amante y soñar con las locuras que provoca ese sentimiento tan fascinante como poderoso: el amor.

10 historias de amor madrid San ValentínSan Valentín, vecino de Malasaña

Por extraño que parezca, es posible que los azares de la historia hayan convertido al patrón de los enamorados en un malasañero más. Este presbítero romano fue conocido en tiempos del emperador Claudio II por arriesgar el cuello casando a parejas jóvenes que deseaban certificar su amor en la clandestinidad. El imperio había prohibido los enlaces matrimoniales creyendo que los solteros servían mejor a las legiones, sin temor a perder el amor que les esperaba junto al fuego en su lecho. Tras su decapitación, todos los enamorados le rinden pleitesía. Pocos de ellos saben que quizás sus restos se encuentren en la iglesia de San Antón, actualmente coronada con luces de neón y sirviendo a los nobles propósitos de Mensajeros de la Paz. Junto a ella, se alza la sede de COAM y su moderna terraza Bosco de Lobos, en lo que puede resultar el plan de San Valentín más acertado. Otras ciudades se disputan este privilegio, pero parece que el santo llegó a España en el siglo XVIII como recompensa del papado a la labor de Carlos IV.

10 historias de amor madrid San ValentínLa cueva del amor furtivo

San Valentín ha sido testigo de amores prohibidos que trascendieron las lagunas del tiempo. Uno de ellos tuvo lugar en tiempos oscuros, de luchas entre extremismos religiosos. En plena ocupación árabe de la península, se produjo en Madrid un romance peligroso. En la ciudad, una bella morisca sembraba la pasión por donde caminaba. La joven era hija de un eminente árabe que cuidaba receloso la virtud de su primogénita tratando de casarla con un adinerado morisco. No obstante, los caminos del amor son impredecibles y una mañana en uno de los mercados de Madrid, la preciosa joven se cruzó con un cristiano sin fortuna. Este cruce de miradas fue el comienzo de un amor sin igual. Ambos escapaban de las miradas de la gente y se besaban en una cueva en plena sierra de La Pedriza. Hasta allí la siguió su celoso padre que la obligó a renunciar a su amante. Fue imposible. A escondidas visitaban juntos su cueva para perderse en abrazos clandestinos.

El padre le tendió una trampa y la encontró en pleno éxtasis en su nido de amor. Decidió encerrarla en casa a cal y canto hasta su boda con un musulmán. La chica se volvió escapar a La Pedriza. La siguieron dos criados que entablaron en la cueva una lucha mortal contra el cristiano enamorado. Al verle empapado en sangre, la bella mora salió corriendo en dirección al precipicio que sobrevoló con el rostro en llanto. Desde la muerte de los dos amantes el lugar es conocido como La Cueva de la Mora y hay quien dice que en las noches claras aún se oyen lloros y lamentos de una dulce voz de mujer.

10 historias de amor madrid San ValentínUna cruz como símbolo de la pasión eterna

Otro caso de amor clandestino dio lugar a una de las leyendas de pasión más fascinantes de Madrid. En tiempos de Felipe II, en la calle Sacramento de Madrid, se levantaba hasta 1972 una casa en la que en el siglo XVII vivía un matrimonio árabe un tanto disfuncional. El marido era un mercader entrado en años que se había desposado con la belleza joven más rutilante de la ciudad. Un cristiano avispado preso de su pasión por la muchacha se propuso con éxito seducirla. En ausencia de su marido ambos se citaban en aquella casa convertida en nicho de amor. Las citas se iban repitiendo con asiduidad hasta que una noche ella se quedó esperando con su camisón contemplando la luz de las velas de su alcoba hasta que se consumieron. La extraña desaparición de su apasionado cristiano la dejó en vilo. Pasaron los años y su luto la consumía en silencio.

Una tarde, su marido falleció y ella quiso darle un nuevo look a su hogar. Su espanto fue indescriptible cuando descubrió a su antiguo amante emparedado en una de las paredes de la casa. Desde ese momento -y en honor al amor de su vida- decidió convertirse al cristianismo. Como símbolo de su gran pérdida y de todo aquello que pudo ser y no fue, mandó instalar una cruz de palo en el tejado. Para siempre este enclave romántico pasó a llamarse la Casa de la Cruz de Madera hasta su desaparición en el siglo XX.

10 historias de amor madrid San ValentínEl parque del amor

Cualquier enamorado que se precie ha paseado por este parque de inspiración francesa creado para amar la vida y sus placeres. Esta peculiar construcción fue fruto de la obsesión de María Josefa Pimentel, la XII duquesa de Osuna, por poseer el centro de ocio más lujoso jamás creado en Madrid. Su marido la complació tras comprar unos terrenos a las afueras de la por entonces capital imperial. En su interior, prominentes arquitectos franceses echaron su imaginación a volar para materializar un lugar donde los amantes podían jugar al amor. La duquesa era por entonces una dama importante en la corte, toda una mecenas de artistas, y quiso mostrar su “capricho” a la aristocracia, que llegaba hasta allí sobre lujosos yates de recreo a través de los suntuosos canales que comunicaban el lugar con el centro.

Sus fiestas fueron antológicas y, en ellas, los bailes más sugerentes y amores furtivos se perdían por su laberinto o yacían en sus jardines. Posteriormente, tras la muerte de los duques, quedó olvidado y fue vendido por sus descendientes. Los búnkeres de la guerra civil le dieron un propósito bélico durante la contienda. Hoy en día aún se mantiene en pie como recuerdo del amor más sofisticado y romántico: el Parque de El Capricho.

10 historias de amor madrid San ValentínCarmen de Madrid

En la Plaza de Santa Ana una explosiva mujer hacía envidiar sus encantos entre las mujeres y enloquecía a los hombres en aquel lugar repleto de soldados franceses y literatos ilustres como Merimée. El ilustre escritor francés se inspiró en ella para crear el mito que aún seduce sin remedio. Carmen era un portento de mujer, ejemplo de autonomía, belleza y carácter. De todos pero de ninguno, sobrevivía como podía en una España hundida en plena dominación francesa. Un soldado francés posó su mirada en aquella diva alejada de sus posibilidades. Ella comenzó a jugar con él, con su frágil corazón vestido con una casaca azul con la plaza de testigo. El amor y la pasión se fueron apoderando de ellos hasta el punto de que el galo dejó su prometedora carrera militar para vagar por los bosques viviendo una vida de bandolero revolucionario al cobijo de los besos de Carmen. Esta historia universal es una más de las que surgen en esas calles y plazas de la ciudad convertidas en un paraje ideal para los amantes más apasionados.

10 historias de amor madrid San ValentínLa fugacidad del amor

Hay ocasiones en las que un instante se queda helado en la mente y marca toda una existencia. Esos momentos suelen estar vinculados con el amor, cuyo único enemigo es el tiempo. En 1853, la embajada británica organizó una imponente fiesta a la que estaban invitados la delegación diplomática de las islas, compatriotas residentes en Madrid y una selecta muestra de la aristocracia y la alta sociedad madrileña. Entre ellos, deambulaba John en la noche que su vida dio un macabro giro. Durante el evento, sus ojos se posaron en una dulce dama madrileña de nombre Elena. Su corazón palpitó en cuanto comenzaron a reír, hablar y bailar. La conexión trifásica que experimentó en ese oportuno momento no la había experimentado anteriormente. La noche vuela entre miradas inundadas de fuego hasta que Elena le comenta que debe irse a la Iglesia de San José, en Alcalá, 43. Decide acompañarla y en la puerta del templo se anima a besarla.

Ante la «cobra» protagonizada por Elena le pregunta por su negativa. Ella responde que le encantaría vivir un amor con él pero que es imposible porque nunca se volverán a ver. Desconsolado le pregunta por qué y la respuesta le confunde: “Mañana es mi funeral”. Creyéndose perdido en la traducción, John acude a San Félix al día siguiente y se encuentra con un entierro con cuerpo presente. En el interior del ataúd surge la bella figura inerte de Elena. Preso de un océano de dudas, cuenta su historia pero le insisten en que es imposible. Ella había muerto a las 20h del día anterior, justo cuando se conocieron. A veces el amor traspasa las fronteras de la muerte y juega con el corazón de los incautos enamorados.

10 historias de amor madrid San ValentínEl viaducto redentor

El puente de la calle Segovia ha sido el enclave elegido por muchos desventurados para despedirse del mundo. En 1875, la asfixiante sociedad decimonónica impedía a una mujer disfrutar del amor que sentía por un castizo amante sin riquezas que ofrecer como dote a su exigente familia. Su hombre era un honrado y apuesto zapatero de Carabanchel que entre olor a linimento y besos la habían hechizado sin remedio. La imposibilidad de ser libre en brazos de la persona que ella había elegido para compartir su vida la fue sumiendo en un estado depresivo. Con pocas opciones en su mano, decidió pasear su melancolía por el puente inaugurado en 1874. No había sido la primera persona en pensar utilizarlo para el fin por el que ha sido célebre en Madrid. En un momento de desesperación lo vio claro. No quería seguir adelante sin su amor.

Tras unos instantes de duda, decide arrojarse al vacío, pero los caprichos de Cupido o quién sabe, quizás de San Valentín, son juguetones. Sus enaguas y su vestido victoriano que la habían encorsetado se transformaron en un paracaídas que logró reducir el impacto y llevarla a salvo al fondo del barranco. Otras versiones menos bucólicas hablan de que su ropa se enganchó con los árboles impidiendo su caída. Los padres agradecidos con el milagro cambiaron de parecer y al final ella y su zapatero pudieron casarse y disfrutar de una larga vida en común. La enamorada paracaidista murió tras dar a luz a su decimocuarto hijo.

10 historias de amor madrid San ValentínUna catedral construida por amor

La realeza también se enamora. En algunas ocasiones genera historias dignas de cuento de hadas. La reina María de las Mercedes nace en el Palacio Real en 1860; su primo -el futuro Alfonso XII- asiste ensimismado a su nacimiento cuando contaba con 2 años. Pocos podían imaginar que ambos serían protagonistas de un romance apasionado y plagado de secretos encuentros y encendidas cartas de amor.

Pocos meses después, se produjo la pedida de mano ante el rechazo de su madre Isabel II a un enlace de su heredero con la hija de su enemigo político, el duque de Montpensier. Para finalmente lograr su objetivo, el futuro rey tuvo que convencer al consejo de ministros, que falló en su beneficio. La boda tuvo toda la pompa que requería y el pueblo se enganchó al culebrón real. Pero la dicha fue breve, pues a los pocos meses la reina se sintió débil y presa de fuertes vómitos y dolores intestinales. El padre de Jacinto Benavente, eminente doctor, se ofreció para tratar a la paciente. No obstante, los doctores de palacio obviaron sus consejos y la creyeron embarazada. Le aplicaron un aborto a escondidas para salvarle la vida. La solución no resultó efecto y a pesar de ciertas mejorías, María de las Mercedes moría por hemorragia intestinal tan solo cinco meses después de casarse con el amor de su vida.

Alfonso XII preso de una locura de amor que no pudo sanar en toda su existencia, decidió entonces ordenar la construcción de una catedral a modo de mausoleo de su amada junto al palacio donde habían vivido su pasión. En 1883 puso la primera piedra de lo que sería la Catedral de la Almudena. Desde entonces y hasta su muerte, a pesar de un nuevo matrimonio, llevó una vida libertina y un tanto sifilítica que le condujo a la perdición, pero que no le sirvió para olvidar el amor perdido. En su testamento dejó escrito su deseo de que los restos de su esposa descansaran en este templo del amor. Deseo que se cumplió en el año 2000 cuando fue trasladado el cuerpo de la reina desde El Escorial a su definitivo refugio eterno.

10 historias de amor madrid San ValentínUna pareja de leyenda

Ambos eran testarudos, idealistas, aventureros, de fuerte carácter, y con un talento innato para contar historias. Estaban destinados a enamorarse. Cuando Ernest Hemingway y Martha Gellhorn se conocieron, ya tenían una importante reputación de vividores, borrachos y talentosos narradores. Su compromiso con la libertad les llevó desde su primer encuentro en Key West, el destino vacacional de Florida, a la España en guerra. Decidieron cubrir el conflicto y se citaron en el Hotel La Florida de Callao. Entre bombas y cócteles de Pedro Chicote, bajo las sábanas y en los bares, saltaban chispas entre los dos intrépidos reporteros. Su amor se afianzó gracias a las aventuras románticas y bélicas protagonizadas por ambos en Madrid. La ciudad fue un plató donde rodaron las escenas más pasionales de su vida.

Poco después y tras la caída de la capital en manos de los franquistas, se refugiaron en la Barcelona republicana a finales del ’37 y desde allí pasaron a Francia. Martha cubrió el ascenso de Hitler y la toma de Checoslovaquia por los alemanes. Mientras, vivía con Ernest hasta que decidieron casarse en 1940. Años después, regresarían a Madrid a gozar de sus calles, sus licores y su gastronomía en contadas y sonadas ocasiones. Recorrieron juntos cada punto clave de la geografía madrileña y fueron felices hasta su divorcio en 1945. Ernest finalmente terminaría sus días solo, creando una de las bibliografías cumbre del siglo XX, mientras Martha disfrutó de una libertad sexual muy adelantada a su tiempo, se casó con el periodista de Time, T.S. Mattews, y cubrió conflictos bélicos hasta bien entrados los 90s.

10 historias de amor madrid San ValentínUn amor de película

En el siglo XXI los amores parecen tener piel de celuloide. Sin viejos corsés románticos, nada es capaz de separar a dos personas que se aman. Es lo que ha intentado captar Javier Cercas con su libro El monarca de las sombras. En él relata a una estrella de Hollywood que rechaza los privilegios de su fama y que se encuentra atrapado por un amor controvertido. Viggo Mortensen y Ariadna Gil se conocen el set de rodaje de Alatriste donde comparten guión y algo más. Entre ellos surge una atracción imposible, puesto que Ariadna se encuentra al final de un matrimonio con David Trueba, con el que tiene un hijo. La historia de amor se consuma clandestinamente mientras David observa como su matrimonio se precipita sin remedio. Cercas cuenta cómo se desgarra el alma del director y su frustración ante la imposibilidad de combatir contra un hombre como Mortensen. Esta desgarradora escena deja paso al amor que sienten los dos actores que deciden unir sus vidas. Ella deja su piso en Barcelona y Viggo abandona la pompa de Hollywood para entregarse a los brazos de Ariadna en 2009. Desde entonces, pasean su amor en Madrid, donde han nacido sus dos hijos. Mientras, el desconsolado David sigue sin encontrar su Ariadna y se mantiene soltero. Una historia en la que el amor triunfa para algunos.

¡Feliz día de San Valentín!

 

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